Bienestar Emocional

Una hermosa tarde con pequeñas gotas que caen en el rostros, permitiendo sentir lo bello que es la naturaleza, acompañada de mi hermosa familia, además, el ver como disfrutan los niños cada juego que determinan jugar, con esa maravillosa inocencia, sin importar las gotas de lluvia, el aire, el lodo, es estar en el presente, disfrutando cada instante.

En el momento en el que los niños se adentran a la fantasía del juego, surge la imaginación, la creatividad y una variedad de emociones, es maravilloso mirarlos y observar como interactúan, cómo van creando sus propias reglas de juego. Entrar a esa grandiosa fantasía, permite darse cuenta del gran ser humano que eres y que has dejado olvidado por mucho tiempo. Valdría la pena mirar alrededor y preguntar ¿Estoy dónde quiero estar? ¿Soy feliz con cada decisión que he tomado? ¿Deseo continuar por esté camino? Es importante hacerse responsable de las decisiones tomadas, no hay que realizar queja alguna de las cosas con nos suceden, no hay que juzgar a los demás, simplemente agradecer por lo que se tiene. Es hermoso ver disfrutar a los niños cada uno de sus juegos.

En una de sus conferencias de Wayne Dyer, hace referencia de la importancia que representa para él escuchar su corazón, significa el acercamiento a las soluciones espirituales de todos los problemas. Además enfatiza que “Cuando cambias tu forma de mirar las cosas, las cosas que miras cambian”. Valdría la pena revisar más sobre estas recomendaciones que realiza, con la finalidad de tener una vida de bienestar, para las acciones a desarrollar son personales, porque si deseamos un verdadero cambio, el primero en estar convencido de ello es uno mismo. Ahora bien, las recomendaciones que he podido tomar en consideración, sobre algunos conferencistas que te explican que beneficios obtienes al dejar de criticar al otro, [1]  d ejar hacer juicios sobre el otro, además otra recomendación es que cada día se agradezca por lo que tienes (las personas que se encuentran a tu alrededor, el trabajo, la casa, los alimentos, la vestimenta, el auto, entre otros). Por experiencia, realmente lo